El enema y salud en España en el siglo XVII
El enema y la salud en España en el siglo XVII según Juan Sorapán de Rieros del refrán “Dieta, mangueta y siete ñudos a la bragueta” que comenta en su obra “Medicina Española contenida en proverbios vulgares de nuestra lengua” publicada en 1616.
El refrán es el número 40 de esta obra y se refiere a la salud, consta de tres partes: “Dieta”. “Mangueta” (una bolsa hecha de vejiga de animal o bolsa de cuero que servía para practicar enemas) y “siete ñudos a la bragueta” (nudos), referentes a abstenciones sexuales como método de obtener buena salud
El comentario es largo y lo publico en tres partes:
La dieta y la salud en España en el siglo XVII
El enema (mangueta) y la salud en el siglo XVII
La sexualidad en España en el siglo XVII. (siete nudos a la bragueta).
Realizo una transcripción al idioma español actual, si alguien desea conocer el refrán en su versión original, el texto de la época, se encuentra en el libro “Medicina Española contenida en proverbios vulgares de nuestra lengua” publicada en 1616 de Juan Sorapán de Rieros.
Transcripción de la segunda parte del refrán “Dieta, mangueta y siete ñudos a la bragueta”
Mangueta (mangueta, clister o jeringa rectal servía para realizar enemas y para administrar medicamentos por vía rectal)) y la salud en el siglo XVII
La segunda cosa que nos da el refrán con que podemos defendernos de las enfermedades y de los médicos y de los boticarios y barberos, es la mangueta.
Y porque no quede duda alguna en cosa de tanta importancia, se advierte aquí que mangueta es lo mismo que decir jeringa con que se administran las medicinas en muchas partes de España, y aun en estos tiempos en el Reino de Valencia se usa en recibir las medicinas con unas manguillas o manguetas hechas de cuero o con vejigas, por eso se usa este termino en el refrán, que consiste gran parte de la conservación y prorrogación de la vida humana en no usar jarabes y purgas para descargar el cuerpo y vientre de los excrementos detenidos en él, antes ha se ha de hacer esto seguramente y sin inconveniente alguno como el admirable remedios de las ayudas que llamamos medicina,
Este genero de remedio que aquí nos propone el refrán, el más seguro, necesario, conveniente y usado en todas las naciones del mundo. Así para ahuyentar las enfermedades, como para conservar la salud de cuantos la curiosidad humana hasta hoy a experimento.
Plinio en el libro octavo de su “Natural Historia”, capitulo 27, dice que estos remedios de las medicinas le mostro a los racionales el ave que en Egipto llaman grulla y en sintiéndose enferme, enseñada por la sabia naturaleza lleno el largo pico de algún licor tuerce el cuello y se infunde por la vía de la evacuación el medicamento que lleva en él con el cual artificio cura sus males y desocupa el vientre.
Muestra bien nuestra lengua castellana la prestancia y excelencia del beneficio que los mortales reciben con este medicamento pues a ningún otro remedio da nombre de medicina, sino a solo este.
Y así cuando cie el medico que usemos medicina, no habemos de entender otro medicamento alguno sino el de la mangueta, que el refrán aquí nos propone pues por figura antonomasia y excelencia se ha alzado con este nombre de medicina.
Algunos curiosos dicen que se llame medicina, sin melecina, y que tomo este apellido de la miel con que se guisa, pero yo mas creo a los que afirman que por excelencia se dice medicina.
Dele pues cada uno el nombre que quisiere, o le llame medicina o melecina o ayuda o clister o servicio o manguea como el refrán que se disputa su nombre. Importa poco respecto a lo mucho que importa saber la gran utilidad de este remedios, pues con el se evacuan los excrementos detenidos en el vientre, que suelen ser causa de la muerte, con él se constriñe y detiene el humor que corre mucho, con el se aplacan los insufribles dolores, se resuelven ventosidades, se lavan, mundifican, conglutina y desecan las llagas tripas, matanse y expelense las lombrices y en conclusión los cuerpos consumidos y secos suelen humedecerse y criar carne con el auxilio de la mangueta
Y porque muchas personas que, aunque viven con salud no gozan de ella perfectamente por detenerse los excrementos en las tripas mas de lo conveniente. Adviertan que socorrerán su necesidad y evitarán enfermedades si tienen cuidado de ablandar las tripas cuando las sintieren secas, recibiendo medicina de cocimiento de malvas, malvavisco, violetas, raíces de borrajas, ciruelas pasas y linaza mezclando con la cantidad que bastare de este cocimiento, dos onzas de aceite común o de aceite de linaza.
Es también excelente medicina para que el vientre duro corra y se ablande usar la mangueta con solo caldo de mondongo, cuando dé algunos hervores higos pasos y manteca
Pero si la falta que el vientre hace fuerte porque están durmiendo y así sin sentido los intestinos, en tal caso, se aderezan los clisteres (jeringas para enemas) de cocimiento de mercuriales, acelgas y parietaria con sal, o alumbre miel y aceite
Sucede muchas veces por la delicadeza y mordacidad de algún humor venir con tanto ímpetu unas cámaras (diarreas) que, si no se socorren con presteza los que las padecen, se caen y postran las fuerzas de manera que ponen la vida en contingencia, En tal caso primero las tripas con mangueta, hecha de cocimiento de cebada y de cortezas de calabaza y violetas, mezclando un poco de aceite rosado y azúcar. Después de esto para que se detengan las cámaras (diarreas) recibirán medicina hecha de cocimiento de balaustrias, zumaque, arraihan, membrillo, rosas con el cocimiento mezclen un poco de almidón o bolparmeno.
También se suele levantar los vientres de los hombres, tanto viento, con el extendido de las tripas y tirada reciben dolores insufribles. Mitigase el dolor en este caso recibiendo medicina de cocimiento de manzanilla, ruda, orégano, mayorana, polio y anís; mezclando con lo que bastare del cocimiento dos onzas de aceite de ruda o de manzanilla. Pueden también las tripas dolores por otras muchas causas, se socorrerá el dolor conforme a la diversidad de la causa, comunicando en tal suceso prudente médico, que nuestro intento aquí solo es preservar los hombres de las enfermedades, no dejarlos caer en ellas.
Y si alguno dentro de los limites de sanidad y aun fuera de ellos, se sintiese flaco, seco y que se van consumiendo. Es parecer del doctor Aecio que reciba medicina que le sustente y humedezca. Hágase de buen caldo de carne, leche de cebada, yemas de huevos y algunos mezclan vino si tienen sospecha de frialdad.
Acerca de estas medicinas que decimos sustentan el cuerpo hay una cuestión muy reñida entre los médicos antiguos y modernos: Si es verdad que pueden alimentar el cuerpo, las cosas sustanciosas que se introducen por ayuda con mangueta. O los que dicen que no, fundan su opinión en aquel lugar de Galeno que se lee en la cuarta que solo aquellas cosas que se contienen en el estómago pueden evacuarse por vomito y aquello es estuviere en los intestinos, no, Y en el décimo tercio del método dijo: que lo que se infunde por el clister (jeringa de enemas) no puede llegar al intestino yeyuno. Dicen pues los de este parecer que ninguna cosa puede sustentar nuestro cuerpo sin que primero se altere y cueza en el estomago y que lo que se infunde por medicina no puede llegar al estómago según enseñan estos lugares de Galeno y que así no sustenta los clisteres que será cosa superflua usar de ellos para aumentar fuerzas y carnes
Pero los que afirman que se puede dar sustento al cuerpo por mangueta responden con otros lugares de Galeno. El primero (que se lee en el libro séptimo de los aforismos, sentencia decima) dice este autor que sucede algunas veces subir tanto los medicamentos que se infunden en las tripas que se evacuan por vomito, lo cual se ve claro en los que padecen la enfermedad dicha, nudo de tripas (obstrucción intestinal). en la cual se vomita el propio estiércol. Lo propio enseña en el libro tercero de “sinthomatum causis” de adonde infieren que pues llega esta sustancia al estómago que también sustentará.
Pero la sentencia mas verdadera que la experiencia ha enseñado acerca de esta duda es que los caldos sustanciales, yemas de huevo y otras cosas semejantes recibidas por medicina sustentan el cuerpo, porque, aunque no lleguen al intestino yeyuno llegan al intestino tenue y al colon, adonde hay venas meseraicas las cuales chupan y arrebatan el alimento y lo da al hígado por la vena porta. Esto baste para la declaración de mangueta.
