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Quien se echa sin cena. Toda la noche devanea de Sorapán de Rieros

Quien se echa sin cena. Toda la noche devanea de Sorapán de Rieros

Juan Sorapán de Rieros, médico extremeño de Logrosán (Cáceres), escribe su obra “Medicina contenida en Proverbios” publicada en 1616. Es un libro que comenta refranes muy antiguos de tradición oral, que como todos los refranes o sentencias sintetizan o resumen conocimientos.

Sorapán de Rieros realiza un comentario sobre el significado del refrán describiendo y referenciando los conocimientos médicos sobre la sentencia del refrán. Realiza así en esta obra una especie de tratado de medicina de su época.

Este refrán es el número 8 de la obra “Medicina contenida en Proverbios” de Juan Sorapán de Rieros, publicada en 1616.

Transcripción realizada por Tomás Cabacas Hurtado.

 

                            Quien se echa sin cena.

                            Toda la noche devanea.

 

Este verbo devanear significa en Castilla lo mismo que dormir mal y soñar mucho y parece venir a cosa vacía o vana porque teniendo el estomago y la cabeza vacios y sin virtud se duerme mal y se suelen soñar mil disparates.

Supuesto lo cual será el legítimo sentido del presente refrán quien se acuesta sin cenar toda la noche duerme mal y sueña.

Otros dicen que devanear significa parecer que todo se mueve a la redonda, como dicen a los que tienen mareos. Tomando la similitud de las devanaderas en que las mujeres esparcen sus madejas para devanarlas, las cuales siempre dan vueltas. Y que así el sentido interno cuando no hay sustento en el estomago para que el calor natural se ocupe en él, se ocupa en representar juntamente con el anima al sentido común o fantasía diversos simulacros de cosas que el día pasado o toda la vida sucedieron por cuya causa se duerme mal y se sueña mucho

Hoja original del refrán en la obra «Medicina en Proverbiros» de Juan Sorapán de Rieros

Refran 8 Quien se echa sin cena 001

Esto se funda en la doctrina de Aristóteles y Pedro de Apono en el comentario cuando dan la razón porque habiendo comido no se sueña.

Sea como fuere que el sentido de este refrán es el que tengo dicho: Quien no cena, duerme mal y sueña.

Y porque no se pase este refrán tan digno de memoria, sin radical declaración, se advierte de paso y como cosa ya muy asentada y averiguada que el sueño y vigilia se hacen en aquella parte que se dice sentido común, el cual no está como Aristóteles y Averroes pretenden provocar en el corazón, sino como manifiestamente enseña Galeno en la parte anterior de la cabeza y mayormente en sus ventrículos. Por lo cual es necesario decir, en opinión de Galeno, que el mismo lugar es el de los sueños naturales, aunque el seguidor de Galeno. Argenterio, refuta esta opinión en el libro de “Somno y vigilia” capitulo decimo tercero.

También se advierta por fundamento de la razón del refrán y para provecho de los que padecen por falta de sueño que el sueño se causa según Aristóteles de los vapores que levantan con la fuerza del calor en la cocción del mantenimiento. Los cuales vapores suben al cerebro y con su frialdad se convierten en humor y de allí por antiparistasis ahuyentan el calor al corazón y de aquí suelta el sueño.

Pero habremos de entender que el sueño natural y dulce no se suele causar de sola esta causa dicha, porque la concertada música y las canciones numerosas concilian y traen sueño sin que se suban vapores a la cabeza.

Plutarco dice que la gran alegría causa sueño.

Lucio Silla habiendo recibido gran gusto por ver quitadas las sediciones y guerras continuas que en Italia había, dio en profundísimo sueño.

La noche, obscuridad y tinieblas mueven sueño dando algunos vapores al cerebro.

Las blandas fricciones del cuerpo y los lavatorios de piernas, engendran sueño, el mismo efecto hacen la continua lección y meditación.

Causa también sueño la navegación y agitación como se ve en los niños que están en cuna.

Lo propio hace el susurro y estrépito de las corrientes aguas.

La larga vigilia y aun nuestra voluntad suele ofrecernos el sueño.

El mismo efecto hacen las cosas frías como es la corteza de la mandrágora comida.

Unturas hechas en las partes externas. El invierno frio. Como dice Hipócrates haber padecido crueles dolores y cansancios. Todo esto trae profundo sueño.

Y esto en ninguna manera se puede decir que se hace por la comida y sus vapores de lo cual se deduce con evidencia no ser una sola la causa mediata del sueño, antes muchas como estas dichas.

Pero lo comen e inmediata causa ha de ser una, pues la naturaleza del sueño es una, que consiste en estar ligados los sentidos.

Y así se ha de decir que la causa inmediata y común del sueño es el apartamiento o ausencia del cálido innato influente que desampara los sentidos y retrocede al corazón y este propio calor volviéndose a desatar los sentidos, es causa de la vigilia.

Y nadie se admire que el cálido innato haga este efecto pues causa también de otras muchas pasiones del ánimo y del cuerpo, del temor de la vergüenza, de la ira, de la alegría y de la tristeza.

De los notables expuesto se deduce bien clara la razón del refrán en cuanto a aquella parte que dice: “quien se acuesta sin cena, toda la noche devanea”, que es dormir mal y con pesadumbre porque si el sueño se causa como probamos de los vapores que suben de la comida que se cuece en el estomago a la cabeza, claro esta que si se acuesta sin cena, quien tiene el estomago desocupado que no tendrá vapores que causen sueño. Y así devaneará durmiendo mal toda la noche.

Y si alguno replicare diciendo que los vapores no son la causa inmediata del sueño sino la ausencia que hace el cálido innato de los sentidos. Respondo que cuando el estomago tiene cena que cocer, atrae así el calor natural , que es instrumento y causa de la cocción y así habiendo de acudir al estomago desampara los sentidos, dándoles lugar que descansen y entonces se duerme con quietud sin devanear, quienes habiendo “causa praeter natruam” que los inquiete.

Más no habiendo cenado,el calor natural al estar en el cerebro o al menos baja poco a las partes inferiores y no haciendo ausencia de los sentidos, se ligan de todo punto y así duerme mal devaneando. Dije antes que devanear significa no dormir bien, antes con pesadumbre y soñando porque razón duerme mal quien se acuesta sin cena. Ya esta declarado.

Ahora conviene advertir para la explicación de lo restante (que es porque ensueñan los que no cenan) que hay una media disposición cual no hacemos las acciones de los sentidos, como si estuviésemos velando, ni tampoco estamos totalmente ociosos como si enteramente durmiéramos. Y a esto llamamos comúnmente sueño o ensueño. En esta media disposición no están de todo punto libres los sentidos como cuando velamos, ni de todo punto ligados como en el profundo sueño que antes entonces los sentidos exteriores desandan y los interiores componen las imágenes e ideas de todas las cosa. Y todo esto hace la facultad imaginativa.

Para mejore entender como esto se hace es de saber que algunas veces cuando el animal duerme, no totalmente, se obstruye e hinche el cerebro de vapores antes la facultad animal en las partes interiores en alguna manera queda libre y entonces no enteramente vela y así se causan los ensueños donde muchos durmiendo hablan, otros andan (como Galeno cuenta de si propio) y esto pertenece a la facultad anima motiva, la cual no de todo punto esta ociosa.

Verdad es que los ensueños principalmente pertenecen a la facultad imaginativa, pero otras veces obran las demás como la cognitiva esto se ve cuando juzgamos que soñamos y componemos silogismos en el sueño.

Las imagenes de estos ensueños se guardan en la memoria pues vemos que habiendo despertado contamos el ensueño.

Viviendo pues el propósito digo: que quien no cena, devanea (como dice el refrán) soñando porque faltan vapores para que el sueño sea profundo y todo lo que falta de la intención del sueño, por no estar las facultades internas ligadas. Todo esto se ocupan en componer las imágenes de los ensueños, porque como dijimos antes, entonces se sueña cuando hay una media disposición entre dormir y velar, y esta es la causa porque los niños de muy poca edad no ensueñas, porque tienen profundísimo sueño, causa de la multitud de vapores que hay en su cerebro, los cuales vapores faltan a los que no cenan.

Aristóteles en la partícula trigésima da la razón porque los que han comido, no sueñan. Y aunque parezca diferente lo que he dicho hay muy poca diferencia.

Dice pues que después que hemos comido se mueve el alma vehementísimamente junta con el cálido influente hacia las partes inferiores e internas a cocer la comida. Y así con esta distracción y ocupación, que en otra parte tiene no representa los simulacros en la fantasía, mas faltando alimento en el estomago vuelve el cálido innato con el alma a los sesos y allí representa el sentido común y fantasía las imágenes de lo pasado y en esto consiste la razón total de nuestro aforismo castellano que dice: “quien se echa sin cena toda la noche devanea” porque se ensueña mucho no cenando por la razón dicha.

No ignoro la objeción que se puede poner diciendo que el gran Hipócrates cura los que ensueñan quitándoles la comida y haciéndoles vomitar, según lo cual pare ser falso el refrán castellano que explicamos.

Puede corroborar también la presente objeción con la experiencia, la cual nos enseña que hay muchas personas que sino cenan duermen suavísima e quietamente aquella noche y si cenan por el contrario mil inquietudes y sueños con pesadilla.

Respondese a esto que hay dos diferencias de ensueños según Hipócrates en el libro de “Somniis”. Unos que vienen de inanición y otros de repleción a los cuales llama turbaciones del alma y enfermedades. Los que vienen por estar la venas, hígado, estomago y cabeza repletos, que son los que proceden de la repleción, estos tales que por su multitud agravan el cálido innato y perturban (como dice Hipócrates, el alma, haciendo que el hombre sueñe mil disparates y pesadillas. De estos se curan con dieta y vómitos, y lo sujetos que cenan cuando tienen esta repleción sueñan y duermen mal, pero quien no tiene repleción, antes vive con inanicion y falta de humor, sino cena toda la noche devanea.

Por lo cual convendrán comer y cenar como aconseja Hipócrates en el propio libro cuando dice que el alimento se ha de aumentar y como nos lo enseña también nuestro refrán.

Y pues ha sido forzoso para la explicación del proverbio tratar de los ensueños, no será fuera de proposito para mas distinta declaración traer su definición y causas.

Es pues el ensueño según Arirtoteles en el libro de “Somno & vigilia” una represenacion de imágenes mientras dormimos.

Pedro de Apono dice que es una pasión causada en la fantasía de algún movimiento o que es una fantasía hecha por el movimiento de la imagen que se le representan al que duerme.

Hay una cuestión muy discutida entre los Filósofos Neotéricos que es si hemos de dar fe a los ensueños y lo que causa esta duda es un lugar del Filosofo que se lee en el libro de “Adivinación de los ensueños” donde dice que la pronosticación que se toma del ensueño no sea ha de menospreciar del todo, ni tampco se ha de dar entera fe.

El gran Hipócrates en el principio de su libro de “Insomniis” dice: que el que conocerá bien y supiere lo que se puede pronosticar de los ensueños que tendrá adquirida gran parte de la sabiduría y así da remedios en el propio libro para los que ensueñan

Galeno fue gran observador de ensueños y cuenta en el nono del “Método” en el cap. 4. Que él estudio medicina porque su padre soñó que la estudiase.

Y en capítulo 14 del “Método” dice que curando un mozo que tenia la lengua hinchada, soñó que el zumo de lechuga le sanaría y poniendolo otro día en ejecución, fue sano el enfermo sin otro remedio alguno.

En el libro de “Humoribus” afirma Galeno que por la experiencia sabia ya ser conveniente observar los ensueños y seguirlos y que sanó a muchos curándolos por hace lo que los ensueños le aconsejaban. Como sanó a un enfermo al cual hizo sangrar de una vena que está entre el dedo indice y el de enmedio por haberle el ensueño inducido a ello.

Lamblico autor importantísimo en un libro que hizo de misterios afirma que el arte de la medicina halla muchos remedios curativos mostrándoles en los ensueños. Y que en el templo de Aesculapio eran recibidos los sueños para curar las enfermedades.

Los lugares e historias referidas y otras muchas que se pudieran traer han hecho dudar a alguno si se ha de dar crédito a lo que de noche soñamos y han creído que sí.

Pero los que siguen en la opinión contraria, no haciendo caso de lo que se ensueña, fundan su parecer en grandes autoridades y razones y así traen que lugar de Aristóteles en el libro que escribió de “Adivinación por sueños” donde el filósofo dice: que todo lo que soñamos es ocaso. Por lo cual no se ha de dar crédito, ni habremos de adivinar cosa alguna por el sueño. Pues los animales brutos también sueñan.

Platón en el libro 2 de “Republica” si ríe del sueño que finge Homero en el libro de “La Ilíada” en cual en sueño dio Júpiter a Agamenón.

Plutarco en el libro de “La conservación de la salud” dice: que es vana la adivinación por los ensueños.

Tibulo en el libro 3, en la elegía 4, afirma que: todos los ensueños son vanos y falaces por estas palabras:

Somnia falaci ludunt temeraria nocta,

            Con pávidas mentes falfa simoree iubent.”

 

Con las autoridades dichas se juntan la que se lee en el libro quinto del “Eclesiastés” que dicen: Donde hay muchos ensueños allí hay muchas vanidades.

Se añade también lo que Macrobio dice en el libro primero capitulo tercio del sueño de Escipión donde afirma que: este nombre se dice así, porque se hace en el sueño que dormimos y porque entonces parece que suceden todas aquellas cosas que soñamos, pero después de esto que ningún provecho, ni utilidad es para pronosticar.

Virgilio en el libro sexto de “La Eneida” dice: ser los sueños falsos en este verso.

“Sed fasla ad Coelum mittunt in sommnia manes”

De las autoridades de tan insignes varones y de las razones que dan en los lugares citados se ha de tener por cierto ser ridícula la opinión de los que dan crédito a ensueños porque todos ellos son deliriamentos. Y si alguna vez sucede lo que se sueña durmiendo, hemos de entender que el tal suceso fue acaso y no por haberse soñado. De adonde se sigue con evidencia que los pronósticos hechos por ensueños sean falsos y que no se les ha de dar fe alguna.

Pero porque esto quede más claro y no se haga ofensa a tan grandes filosofos como Hipócrates y Galeno cuando escriben de ensueños.

Dejando aparte las diferencias que trae Cicerón que son cinco y dejando también las seis especies de ensueños que S. Gregorio escribe tomadas de seis causas como refiere el Colegio de los Conimbricenses de la Compañía de Jesús en el comentario que hace sobre el libro de Aristóteles de “Insomnis” cap. 3.

Digo pues que dejadas estas diferencias aparte conviene notar para la defensa de Hipócrates y Galeno en los lugares citado que los ensueños son en cuatro maneras. Unos divinos, otros demoníacos, otro natural y otros animales. Como refiere el dicho Colegio en el cap. 4 del comentario que esta dicho.

Los ensueños divinos dice que son los que dios inmediatamente inspira o por medio de algún ángel como fue el ensueño de Jacob que se lee en Viejo Testamento cap., 24 del Génesis y en el de Josefo cap. 37 del propio libro y el de Faraón cap. 41 y como el ensueño que se lee en el Testamento Nuevo por San Mateo.

Los ensueños demoniacos son los que los demonios inducen o traen. los cuales ensueños pueden traer y causar porque tienen naturaleza semejante a la de los ángeles, que estos tales no tendrán semejante el fin. Quienes quisiere saber de estos ensueños digo algunas historias de ellos. Lea a Tulio, Herodoto, Valerio Máximo y Alejandro, que estos autores tratan largo de esta materia.

Que se haya de dar y se haya de tener cerca de los ensueños divinos y demoníacos y que fin tengan. Los teólogos y santos doctores de la Iglesia lo determinan, y así voy a mi propósito.

Los ensueños animales son los que nos representan mientras dormimos. Las imágenes y simulacros de aquellas cosas en que hemos estado ocupados en algún tiempo, como nos sucede muchas veces.

Los ensueños naturales como escriben los Coimbricenses son los que dimanan de la disposición del cuerpo, del temperamento y de la abundancia o cualidad de algún humor como son aquellas de que trata Hipócrates y Galeno en los libros de “Insomnis” y en el libro de “Plenitude y de morbis vulgaribus”.

Puesto este fundamento ser la conclusión de la duda propuesta. Que en los ensueños naturales puede el Médico dar crédito, los cuales servirán de indicios y señales para conocer la abundancia y defecto de humor o de alguna mala calidad. Y conocida poner en ejecución la preservación o curación del mal inminente o presente como enseña Hipócrates y Galeno en los lugares citados.

Esta conclusión es de Santo Tomas, de Aristóteles y de Agustín, y de los Coimbricenses en los lugares que pongo en el margen y también se prueba con las experiencias dichas y con esta razón no hay razón aparente que pruebe que por principios de otros sueños se eleven vapores que declaren las indisposiciones del cuerpo. Luego conjeturalmente diremos que se excitan de los humores redundantes como sucede en la pesadilla cuya cura ponen todos los prácticos

Con esta conclusión queda entendido como a los ensueños naturales puede dar el Medico crédito y también con ella quedan libres de calumnia Hipócrates y Galeno cuando dicen en los lugares citados:

Que ver en los ensueños colores de carmesí o sangre significa abundancia de sangre,

Pero si se soñaren pendencias, truenos, fuegos, rayos, relámpagos y colores citrinos denotara exceso de cólera.

Cuando soñaremos cosas horribles, espantosas y tristes seria melancolía.

Mas si acaso se vieren entre sueños cosas de agua, llover, nevar y granizos diremos que hay superflua flema.

Verdad es que no se ha de fiar el Médico para el conocimiento de los males de solo de los ensueños, sino se juntan con ellos las demás señales que trae la Medicina de que estan llenos los libros

Y el más seguro parecerán no hacer caso de ellas aunquen sean naturales porque tienen mil falacias como dice Tibulo en los versos que arriba pusimos.

La causa eficiente del ensueño es la imagen o imagines de las cosas que andan vagando por el cerebro, sacandolos la imaginación de la memoria, adonde están depositadas como enseña Aristoteles.

La causa material son vapores que suben al cerebro juntos con algunos espíritus animales los cuales si fueren turbios, como en aquellos que cenan y beben espléndidamente, no habrá ensueños si no muy obscuros por la obscuridad de los vapores

Pero cuando el vapor y espiritus fueren puros y sinceros la imaginación será pura y habrá ensueños más puros y distintos de suerte que se puedan encomendar a la memoria para que después de despiertos se acuerden de ellos y esta es la razón por los que no cenan dice el refrán toda la noche devanean, que ensueñan distintamente porque hay pocos vapores y puros. Y por esta razón también nos acordamos mejor de los ensueños de la mañana cuando ya esta cocida la comida y más puros los vapores.

De adonde vinieron los antiguos a creer que los ensueños de la madrugada eran más verdaderos por lo cual dijo Horacio ser:

Atque ego cum gracos facerem natus mare citra

     Versículos, vetmit me tali voce Quivinus

     Po si mediam noctem, vissus, cum somnia vera.”

 

La causa final de los ensueños divinos es el vaticino como fue en el sueño de José y de otros santos varones.

Pero el fin de los ensueños naturales es que no despierten tan presto a los hombre que duermen, ni los demás animales, porque los animales brutos como la cabra, el buey la oveja, el perro y el león también ensueñan lo cual se ve claro en los perros que estando durmiendo ladran como enseña Aristosas y la experiencia lo muestra.

Algunos dudan si los niños pequeños ensueñan porque haya un lugar de Plinio y otros de Aristóteles encontrados, pero la mas cierta opinión es que ensueñan porque no se les pueden representar las imagenes de las cosas, por la cual razón también se han conocido hombres y mujeres que jamás ensoñaron como dice Aristóteles en los lugares citado y Pomponio y Plinio afirman que los Atalantes no ensueñan como los demás mortales.

De lo dicho hasta aquí se conoce clarísimo el sentido que se ha de dar a este refrán (quien se acuesta sin cena….) el cual es que no cenando se duerme mal, en soñando disparates. Para cuya inteligencia fue necesario decir como el sueño que dormimos se hace en la parte anterior de la cabeza, principalmente en sus ventrículos. Adonde se refieren las causas mediatas del dormir y la común e inmediata.

De todo lo cual sacamos en limpio la razón porque se duerme mal no cenando y de ahí para mayor explicación se dijo como el soñar se hace en una media disposición entre dormir y velar.

Dimos también la razón porque quien no cena, toda la noche devanea adonde se propusieron las causas de los ensueños y algunos problemas y se ventiló la cuestión si se haya de dar crédito a los ensueños.