El cirujano según Francisco Villaverde. Siglo XVIII

El cirujano según Francisco Villaverde. Siglo XVIII

Cualidades del cirujano en la obra “Operaciones de cirugía” de D. Francisco Villaverde, primer ayudante de cirujano mayor de la Armada, Maestro y Secretario del Real Colegio de Cirugía de Cádiz.  Publicado en Madrid en 1788

“El cirujano debe tener buena crianza, ser urbano y atendo, de loables costumbres. Imbuido en máximas de la Filosofía Moral para que arregle su conducta cristianamente, ha de ser piadoso y liberal con los dolientes, caritativo con los pobres, afable y cariñoso, pero secreto y casto, modesto en el vestir, aseado y primoroso sin estudio, particularmente en las manos para no fastidiar la extrema delicadeza de algunas personas que debe tratar. Moderado y grave en sus discursos, de un ánimo intrépido y constante, sin temeridad, ni timidez.

“El cirujano debe ser ágil y bien organizado, de vista perspicaz para registral el semblante del enfermo y las cosas diminutas que se ocultan en los senos, como la tendencia de las inflamaciones a la mortificación o a otra terminación.

Conviene que esté dotado de finura en los demás sentidos: En el oído para percibir el estrépito de los huesos rompidos en las fracturas; la tos, el estornudo y el desentono de los que están dementes o delirantes. En el gusto para probar en caso necesario los alimentos y medicamentos e inferir sus cualidades las cualidades. En el olfato para sentir la pudrición de las úlceras, de los abscesos, de las deyecciones, las cualidades de la atmósfera y la bondad de los medicamentos. Eb el tacto para tocar las durezas, fluctuaciones o pulsaciones de los tumores, tomar el pulso.

El cirujano debe ser ambidextro y nada trémulo para ayudarse con una mano y otra mano, y ejecutar con igual destreza algunas operaciones que piden con precisión la misma firmeza y agilidad en la mano siniestra que en la diestra

Debe ser en su trato sociable, humilde y nadas orgulloso, pospondrá siempre su dictamen al de los que reconozca superiores en la práctica, huirá de rozarse con empíricos, con gentes ignorantes y depravadas que puedan infamarle o inficionarle con su mal ejemplo

Adornado el cirujano de estas bellas prendas e instruido en el vasto campo de las doctrinas expuestas, necesita aun para llegar a la posible perfección las grandes ciudades o en los ejércitos de mar y tierra, observando la conducta y manejo de los prácticos mas sensatos para aprovecharse de sus luces. Allí logra la ocasión de ver mas enfermedades y operaciones en un año que en la practica privada de una ciudad no se logra tal vez en toda la vida

Después debe ejercitarse en las operaciones sobre cadáveres y últimamente sobre los vivos, dirigido de buen maestro que le vaya adiestrando y le haga conocer de cuanto va de hablar a ejecutar y entonces se confirmara en que el uso hace Maestro”

Francisco Villaverde La Villa. Fue un destacado cirujano de la Armada Española, nacido el 30 de marzo de 1738 en Pola de Siero, Asturias. Se formó en el prestigioso Real Colegio de Cirugía de Cádiz, fundado por Pedro Virgili. Fue considerado uno de los mejores alumnos y le conceden una beca junto con Diego Velasco para ampliar sus conocimientos en París con cirujanos renombrados como François Morand y Henri Le Dran con la misión de conocer y traer instrumental quirúrgico moderno para el Colegio de Cirugía de Cádiz y escribir un tratado que sirviera de texto a los alumnos de los Reales Colegios

Posteriormente formó parte como cirujano mayor de la expedición a Indias mandada por don Pedro Ceballos contra los portugueses. Volvió a España en 1766 y se le destinó de profesor al colegio de San Fernando. Más tarde fue profesor y secretario del Colegio de Cádiz, en el que profesó durante muchos años.

Se casó con la hija de Francisco Canivell, médico militar de la Armada y destacado cirujano, obstetra, oftalmólogo y litotomista. Discípulo de Pere Virgili.

Escribió la obra “Curso teórico-práctico de operaciones y Cirugía”, en colaboración con Diego Velasco. es un texto fundamental en la historia de la cirugía en España. Publicada por primera vez en 1763 y se realizan dos ediciones en este año.  Tercera edición en 1780. La cuarta edición fue en 1797 y la quinta edición en1807

Francisco Villaverde realiza una refundición y ampliación de esta obra como autor único porque había muerto años antes su colega y amigo Diego Velasco.  Realiza un texto actualizado y le denomina “Operaciones de Cirugía”, el titulo completo es: “Operaciones de cirugía, según la más selecta doctrina de antiguos y modernos. Dispuesta para uso de los Reales Colegios” (1788). Figurando el solo como autor: Don Francisco Villaverde, Primer ayudante de Cirujano Mayor de la Armada, Maestro y Secretario del Real Colegio de Cirugía en Cádiz.  Publicada en 2 tomos en Madrid en 1788

Entre sus características principales, destaca por ser un curso teórico-práctico que aborda las operaciones quirúrgicas con un enfoque detallado y sistemático. Además, su contenido refleja los avances de la época y busca formar cirujanos con una sólida base técnica y científica.

En el siglo XVIII, los instrumentos médicos reflejaban los avances de la época y la transición hacia una medicina más científica. Entre los instrumentos quirúrgicos más comunes se encontraban bisturíes, sierras para amputaciones, fórceps obstétricos, pinzas y agujas para suturas. Estos instrumentos solían estar hechos de acero y, en ocasiones, tenían mangos de madera o marfil.

Un aspecto interesante es que muchos de estos instrumentos eran diseñados específicamente para tratar enfermedades concretas o realizar operaciones específicas. Además, los médicos y cirujanos de la época a menudo inventaban o adaptaban herramientas para mejorar los resultados quirúrgicos. Los inventarios de hospitales de la época muestran que los instrumentos se guardaban en cajas forradas de tela y se revisaban periódicamente para garantizar su funcionalidad

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